Tras la primera reunión de trabajo entre el Presidente y el flamante ministro en la quinta de Los Abrojos, en la Residencia de Olivos, arrancó otra cumbre que congrega a las principales espadas de Juntos por el Cambio.
Para evaluar eventuales medidas, y en medio de fuertes rumores respecto a más cambios en su equipo, Mauricio Macri convocó al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal; y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien tras la dura derrota electoral quedó en el centro de todas las críticas.
Se sumará el compañero de fórmula presidencial, el senador Miguel Angel Pichetto, quien el jueves sonó como uno de los posibles reemplazantes de Peña, algo que él mismo se encargó de descartar: en diálogo con TN, dijo que no tuvo «ningún tipo de ofrecimiento».
El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, otro sobre los que circularon fuertes versiones por su llegada al denominado Círculo Rojo, también será de la partida.
Pero la novedad fue la convocatoria a la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, una de las más efusivas en la reunión de Gabinete Ampliado de la semana pasada.
Carrió estará flanqueada por los jefes de los interbloques de Cambiemos en el Congreso, los radicales Mario Negri (Diputados) y Luis Naidenoff (Senado).
En cambio, no será de la partida el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, a quien Carrió pareció apuntarle el jueves, cuando cuestionó a a los «cabezas de lista que no fiscalizan». «Alfredo tiene reuniones acá en Mendoza», dijeron cerca del gobernador.
Con todo, será el primer encuentro entre los principales referentes de los cuatro sectores que integran Juntos por el Cambio tras la dura derrota de las PASO. «Vamos a hacer catarsis y a pensar en cómo se puede hacer la mejor campaña para forzar el balotaje», explicó uno de los invitados.
Dentro del oficialismo hay unanimidad respecto a la conveniencia de que el Presidente se enfoque en un discurso anti K, pero al mismo tiempo hay quienes sostienen que para no afectar la gobernabilidad y la estabilidad de los mercados, la comparación del kirchnerismo con Venezuela y las alusiones al perfil «comunista» de referentes como Axel Kicillof tienen que quedar archivadas.