PUERTO LA CRUZ, Venezuela (Especial).- Y una noche, al fin, llegó para Arsenal la hora de festejar un gran avance. El equipo de Sarandí, en su cuarta participación en la Copa Libertadores, se dio el gran gusto de clasificarse por primera vez a los octavos de final. Lo logró con una fecha de anticipación al cierre del Grupo 8, al ganarle por 3-1 como visitante a Deportivo Anzoátegui. Todavía le queda un partido por delante, ante Santos Laguna, pero ese encuentro no alterará las posiciones, pues el conjunto mexicano, que acudirá a Sarandí dentro de dos semanas, ya se aseguró el primer puesto.
En suelo venezolano, Arsenal edificó un triunfo con una tarea de menor a mayor. Empezó bien el equipo de Gustavo Alfaro, pero su afán protagónico se apagó luego de los primeros minutos, y Anzoátegui, necesitado de ganar para mantener sus aspiraciones de seguir en carrera, empezó a progresar con las proyecciones de Mirabal por la derecha; el equipo local volcó el juego sobre ese sector, y por esa vía generó riesgo. Lo tuvo Arteaga, en un derechazo cruzado que se fue por muy poco, y en un remate desviado de Jaime Moreno.
Pero, acaso en su peor momento, Arsenal abrió la cuenta en una acción por la derecha, que derivó en la asistencia de Rolle para Matías Sánchez, que a unos 30 metros del arco tuvo tiempo y espacio para acomodarse y clavar un bombazo en el ángulo izquierdo.
Herido, Anzoátegui buscó; lo tuvo dos veces Villegas, pero no pudo con Campestrini. Y ya en el segundo tiempo, el árbitro se equivocó en anular un gol de Arteaga, por una inexistente falta sobre González Pirez. Enseguida llegó el 1-1, en una pelota que perdió Nervo, y que derivó en el centro de Mirabal para una gran definición del panameño Escobar desde el borde del área.
El partido se abrió. Con espacios, Arsenal fue letal. Rolle se calzó el traje de conductor, tomó el mando del equipo. Así anotó el segundo, luego de una muy buena jugada colectiva, con una sucesión de toques y una pared entre Zaldivia y Caraglio, que habilitó a Rolle.
Anzoátegui sintió el impacto. Llegó de manera más espaciada, y Arsenal se movió a su gusto. Montero lo tuvo dos veces y no pudo, pero asistió a Zaldivia para el 3-1 que selló una noche que, por Sarandí, nadie olvidará.
