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Controlarán que los súper cumplan el acuerdo de precios.

La tarea será realizada por Defensa del Consumidor de la provincia, estará vigente a partir de enero y comprende una canasta de casi 200 productos. Se verificará la existencia de productos y que el precio de góndola coincida con el de caja.

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Inspectores de la Dirección de Defensa del Consumidor de la provincia controlarán el cumplimiento de los acuerdos de precios en las cadenas nacionales de supermercados que operan en Entre Ríos.
A las empresas que incumplan con lo pactado se le aplicarán multas de 50.000 pesos y hasta la clausura, en caso de reincidencia.
La canasta de productos y sus valores se conocerán a partir del 3 enero, cuando comiencen a aplicarse.
En el acuerdo marco con proveedores y supermercados se especificaron entre 175 y 200 productos.

INSPECTORES. “En Entre Ríos se va a controlar el acuerdo de precios en los súper de las cadenas nacionales”, informó a EL DIARIO Fernán Paidomani, director de Lealtad Comercial.
El funcionario destacó que en Entre Ríos existe un cuerpo de inspectores capacitados que recorrerán la provincia a partir de enero, cuando se dé a conocer el listado de productos y precios.
“Hace ocho años que se está desarrollando este cuerpo de inspectores, por eso no dependemos de otros organismos. Son los únicos que tienen facultades sancionatorias, aunque no se descarta que colaboren otros grupos o sectores sociales”, aclaró.
En ese sentido, resaltó como “muy importante” el control social en los locales comerciales.
“Se recomienda a los consumidores que verifiquen si el precio que les están cobrando corresponde al del acuerdo. En caso de no ser así, pedimos que se acerquen a cualquiera de nuestras 21 delegaciones a hacer la denuncia”, subrayó.
“El control que nosotros hacemos es el de góndola-caja. Es decir, no sólo que el precio acordado esté en la góndola sino que coincida con el que figura en el ticket de caja, porque suele haber diferencias. No puede existir ningún tipo de diferencia entre la góndola y la caja”, aclaró.
Otro control que se hará es que haya existencia de productos.
“Vamos a estar atentos al stock. Hay casos en que como la fábrica no puede aumentar un producto saca otro similar con una pequeña modificación y de esa forma multiplica el valor (ver recuadro)”, puntualizó.
Aclaró que si un producto va a ser muy requerido por su precio conveniente, “la empresa tendrá que tomar las medidas necesarias para garantizar su existencia en las góndolas. Si trabaja al 100% de su capacidad productiva y no llega a cumplir con la demanda deberá plantearse incorporar más mano de obra o maquinarias”.
Por su parte, los supermercados deberán exhibir las listas de productos y precios.
“Las sanciones económicas que vamos a aplicar son importantes. Habrá multas de 50.000 pesos y si se repiten, la clausura”, informó.

TRAMPAS. Los acuerdos de precios en los productos de mayor consumo se firman con la participación de tres sectores: las marcas, los supermercadistas y el gobierno.
Estos convenios parecen ser de fácil entendimiento: las marcas y supermercadistas acuerdan mantener el precio de un producto al mismo valor por tiempo determinado, y los consumidores se benefician con esta situación.
¿Cumplen las marcas y los supermercados con lo acordado?
En algunos casos, por lo bajo realizan todo tipo de estrategias para aumentar su margen de ganancia a costa de los bolsillos de los consumidores, con prácticas que van desde la renovación del envase de un producto para hacerlo pasar como uno que se encuentra fuera del acuerdo, hasta la invasión de líneas diferentes de la misma marca.
Por ejemplo, el acuerdo con una primera marca implicaba un precio de $2,73 para la lavandina tradicional, de forma que todos los hogares puedan acceder a un producto de necesidad básica. Sin embargo, la marca llenó las góndolas con nuevos productos de la misma línea. A pesar de que el envase asegura que la lavandina tradicional es “la más pura”, la propia marca inundó las góndolas con un producto que aseguraba ser “máxima pureza”, y que costaba $4,93, con un envase de las mismas características y hasta confuso en su etiqueta. Es decir que para los empresarios y supermercadistas, la máxima pureza cuesta $2,20 más que lo más puro.
Por si todavía había clientes que no estaban conformes con la máxima pureza que le ofrecía, el producto premium, muy similar en envase y etiqueta a los otros, salió a exhibirse en las góndolas: ¡ultra!, con un valor de $7,77. Es decir que de lo más puro a la máxima pureza, el consumidor debe abonar un aumento del 81%, mientras que para pasar a la ultra pureza, el aumento es nada menos que de 185%.
Algo similar ocurrió con una conocida marca de leche chocolatada. El acuerdo fue por $6 la caja de un litro. Sin embargo, la empresa descubrió que dos nutrientes fundamentales faltaban en la versión normal y lanzó, durante el acuerdo de precios, una nueva línea con vitaminas A y D, con el valor de 17 pesos, un aumento de 130%. Es decir que para el consumidor que tomase equivocadamente un producto en góndola creyendo que era parte del acuerdo de precios (por la disposición de los productos uno junto al otro como forma de confundir) se le cobrarían $11 más.
Pero no todas las marcas acuden a la creatividad como forma de estafar los acuerdos de precios que firman. Algunas, como una empresa fabricante de yerba, directamente acuerdan un precio de $9,99 para su paquete convencional de un kilo de yerba, y mientras el acuerdo se encuentra vigente lanzan al mercado exactamente el mismo producto con un envase nuevo en el que se destaca la rayita del paquete ondulada en vez de recta y un destacado gris donde se lee “Plus”. Esas dos innovaciones estéticas en el paquete provocan un aumento del 109% del precio acordado, llevando el paquete de yerba a $20,85.

TEXTUAL

“Las sanciones económicas que vamos a aplicar son importantes. Habrá multas de 50.000 pesos y si se repiten, la clausura”, advirtió el director de Lealtad Comercial de la provincia, Fernán Paidomani.

 

Fuente: El Diario