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Pidieron cárcel para los responsables políticos de la masacre de Avellaneda.

 

 

 

 

 

 

Un centenar de organizaciones sociales y políticas participaron este martes del acto por el décimo aniversario del asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, señalaron que el ex presidente Eduardo Duhalde –en funciones en aquella época– «debería estar hoy en la cárcel» y denunciaron complicidad de los grandes medios de comuniación con el ocultamiento de ese crimen.

«La masacre de Avellaneda pretendió ser un escarmiento ejemplificador contra la movilización popular», se afirma en el documento leído en la concentración, que hace hincapié en denunciar la situación de los autores materiales de los asesinatos, Alfredo Fanchiotti y Alejandro Acosta, beneficiados con un régimen penal semi abierto.

«Los policías asesinos Alfredo Fanchiotti y Alejandro Acosta, han sido beneficiados con el traslado a un régimen penal semi abierto y en el que podrán gozar de salidas transitorias en tanto sus sentencias no sean reafirmadas por la Suprema Corte bonaerense».

Los organizadores también apuntaron a los jueces que manejaron la causa «y que ni siquiera ordenaron cruzar los llamados entre los políticos y los policías».

«La masacre de Avellaneda no fue un exceso de represión policial, fue un plan político para callar al pueblo», afirma el escrito en el que señalan las «responsabilidades» del ex presidente Eduardo Duhalde, quien debió adelantar su salida del poder tras los asesinatos de los militantes piqueteros.

En el documento también se destaca «la complicidad de los grandes medios de comunicación» y se denunció «el rol de Clarín y los grandes medios que el 26 de julio de 2002 difundieron la versión oficial de que los piqueteros se mataban entre ellos».

Por su parte, Alberto Santillán, padre de Darío, manifestó estar viviendo «sensaciones encontradas» al recordar lo sucedido hace exactamente una década y ver «con mucho orgullo cómo la lucha militante se multiplica» a través de los años.

«Esta juventud es la continuidad de Maxi y Darío porque a ellos no los mataron; los multiplicaron», aseveró Alberto Santillán, que también expresó su «indignación» por la situación penal en la que viven los asesinos de los piqueteros.

«Realmente ellos viven en una gran casa quinta y muestra la complicidad de la policía y la justicia», agregó.

Entre los presentes se encontraban también dirigentes de organizaciones de derechos humanos, como la titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas; el titular de la CTA disidente, Pablo Michelli; dirigentes de partidos de Izquierda, como Jorge Altamira y Néstor Pitrola; y el militante piquetero Carlos «Perro» Santillán.

Enrolado en el movimiento Tupac Katari, Santillán sostuvo que «la memoria activa de los militantes que dieron su vida está presente en cada uno de los jóvenes que se moviliza».

La concentración de los militantes se había iniciado el lunes por la noche con un festival artístico en las adyacencias de la estación ferroviaria de Avellaneda, y continuó con una vigilia hasta tempranas horas de la mañana de este martes, cuando con la llegada de nuevas columnas se realizó el acto que, según afirmaron los organizadores, contó con unos 15.000 asistentes.

 

Fuente: Uno