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Proponen pautas para autoevaluar la alimentación y prevenir y controlar el riesgo cardiaco

La cantidad de ingestas diarias y la distancia entre ellas es una de las consignas del sondeo elaborado por la nutricionista Carina Peretti del servicio de Epidemiología y Prevención del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA).

Comer sentado, en un ambiente relajado, sin ver televisión y conversando son otras de las consignas que propone evaluar los hábitos alimentarios para determinar si son saludables.

Qué tipo de alimentos se consume es la otra parte del test donde «nada está prohibido, para no generar ansiedad en las personas y evitar los atracones de comida», explicó la nutricionista a Télam.

Además, consideró necesario «realizar, por lo menos, tres permitidos en la semana», es decir, alimentos que están fuera de la dieta recomendada pero que la persona puede permitirse ingerir «sin exceso».

Uno de los secretos de la dieta saludable para el corazón es sumar cinco porciones diarias de vegetales y frutas «con variedad de colores, ya que por ejemplo, si sólo son de color anaranjado solo se incorporan betacarotenos», agregó.

La variación permite sumar fitoquímicos «sustancias que protegen el corazón, previenen ciertos tipos de cáncer, disminuyen el riesgo de envejecimiento celular y ayudan a lograr o mantener un peso saludable», destacó.

Bananas, higos, cocos y uvas son frutas que deben comerse con moderación, pero por ejemplo, una banana chica «tiene las mismas calorías que una manzana grande», aclaró la especialista.

Con respecto a los vegetales «todos los de color verde pueden consumirse sin problemas, en tanto que papas, batatas, choclo y mandioca deben moderarse según peso y estatura».

Uno de los secretos de la dieta saludable para el corazón es sumar cinco porciones diarias de vegetales y frutas con variedad de colores

Incorporar semillas de chía es otra de las recomendaciones lo que permite introducir en la dieta Omega 3, un ácido graso que se encuentra dentro de las llamadas `grasas buenas´ de origen animal o vegetal y su consumo «resulta beneficioso para gozar de una mejor salud cardiovascular».

Las semillas «deben hidratarse la noche anterior a consumirlas en un cuarto vaso de agua, de esta manera se formará un gel que se puede incorporar en yogures, sopas, con el queso blanco de untar», detalló Peretti.

En tanto, el aceite de chía debe guardarse en la heladera «para evitar la oxidación, utilizando una cucharadita de té por día o dos cucharadas de semillas diarias», las cuales deben molerse en casa «porque de lo contrario se pierde el aceite, que es lo que nos importa».

El salvado de avena es otra opción nutricional ya que «es rico en fibra soluble que ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, permite reducir el colesterol total y el colesterol LDL (colesterol malo), incorporándolo a sopas o yogures, en soufflés o para empanar milanesas en reemplazo del pan rallado».

La palta «contiene las denominadas grasas buenas, por lo que hay que incorporarla, reemplazándola ese día por el aceite», añadió la profesional.

Alimentos y hábitos alimentarios adecuados, actividad física y no fumar «ayudan a prevenir riesgos cardiovasculares, y si bien hay más conciencia, todavía debemos adoptar estas pautas para mejorar la calidad de vida», reflexionó Peretti.