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Tensión y violencia política en EEUU: tres muertos en una semana

En medio de un discurso electoral cada vez más virulento desde la Casa Blanca, una caravana de simpatizantes del presidente Donald Trump se enfrentó anoche con una nueva protesta antirracista en Portland, Oregon, en un nuevo episodio de caos y violencia que terminó con un muerto, informó hoy la Policía, el tercero esta semana por la escalada que atraviesa el país.

Una vez más, como sucede todas las noches hace más de tres meses, activistas de Black Lives Matter (Las vidas negras importan) se manifestaron en Portland, una de las ciudades estadounidenses más revolucionadas por la ola de protestas contra el racismo y la brutalidad policial desde el asesinato de George Floyd, un ciudadano negro, a manos de un policía blanco en Minneapolis a fines de mayo.

Pero anoche, los manifestantes por primera vez se enfrentaron al desafío de una caravana de simpatizantes de Trump, a la cual, según la convocatoria por Facebook, se podía ir con armas.

Ante esta nueva noche de violencia, el mandatario calificó hoy de «grandes patriotas» a sus simpatizantes que viajaron hasta Portland y a los manifestantes antirracistas los tildó de «vergonzosos anarquistas».

Además, acusó a la posición demócrata, que gobierna tanto el estado como la ciudad, de «no tener idea» de lo que está pasando y les exigió que llamen a la Guardia Nacional.

«La Guardia Nacional está lista, dispuesta y con capacidad. ¡Todo lo que la gobernadora debe hacer es llamarla!», tuiteó y luego agregó. «Vergonzosos anarquistas. Los vemos muy claro, pero estúpidamente están siendo protegidos por la izquierda radical demócrata.»

Los simpatizantes del mandatario respondieron a llamados de la campaña de Trump y organizaciones que él apoya para recuperar el control de las ciudades del país, especialmente en ciudades como Portland donde las autoridades han decidido no llamar a la Guardia Nacional y militarizar por completo las calles para prohibir totalmente las protestas.

Pese a tuitear incesantemente esta mañana, Trump -a quien su rival demócrata, Joe Biden, acusó esta semana de «echar nafta a las protestas»- no hizo referencia al anuncio hecho esta madrugada por la Policía de Portland acerca de que hubo otro muerto en las manifestaciones.

En cambio, Biden, en un comunicado, condenó el episodio «de manera inequívoca», así como a «la violencia de todo tipo por parte de cualquiera, ya sea de izquierda o de derecha», y desafió a Trump «a que haga lo mismo», según el diario digital Axios.

«No debemos convertirnos en un país en guerra con nosotros mismos, un país que acepta la matanza de conciudadanos porque no están de acuerdo con uno, un país que promete vengarse unos de otros, pero ese es el Estados Unidos que el presidente Trump quiere que seamos, el Estados Unidos que él cree que somos», agregó el candidato demócrata.

Según el comunicado de la fuerza de seguridad, la caravana pro-Trump se mantuvo en la zona céntrica donde se concentraron los choques violentos con los manifestantes de Black Lives Matter hasta las 20.30 de anoche.

Los disparos en esa misma zona se escucharon apenas 16 minutos después y, cuando la Policía llegó, un hombre ya estaba muerto.

Hasta esta tarde la Policía no había aclarado si el fallecido era un manifestante antirracista o un simpatizante del mandatario ni dado detalles de cómo o quién lo mató, según el canal CNN.

No obstante, la agencia de noticias ANSA afirmó, sin citar fuentes, que la víctima pertenecía al «grupo ultraconservador y de extrema derecha» Patriot Prayer (Oración Patriota).

Esta semana, durante la Convención Nacional Republicana que nominó a Trump como candidato a la reelección en medio de discursos belicosos y agresivos contra las protestas antirracistas en el país, un joven blanco, simpatizante del presidente y fuertemente armado irrumpió en las protestas de Wisconsin y mató a dos personas, pese a la presencia policial, que no hizo nada para impedirlo.

El joven fue recién detenido al día siguiente y nadie en la Convención Nacional Republicano repudió el ataque.

Las protestas en Kenosha, Wisconsin, estallaron luego de que el domingo pasado un policía blanco acribillara con siete tiros por la espalda a Jacob Blake, un hombre negro visiblemente desarmado, frente a su pareja y sus tres hijos chicos a plena luz del día y mientras lo filmaban.

En medio de este creciente clima de tensión política y con el país en plena campaña presidencial, Trump anunció en las últimas horas que el martes próximo viajará a Kenosha.

«El presidente irá a Kenosha, Wisconsin, el martes; se reunirá con las fuerzas del orden y examinará los daños de los recientes disturbios», informó el vocero de la Casa Blanca, Judd Deere, a CNN, sin hacer mención a Blake y su familia.

El sindicato de la Policía de Kenosha acusa al abogado de los Blake de mentir sobre lo que pasó y sostienen que el joven de 29 años tenía un cuchillo dentro del auto.

El padre del joven, en tanto, denunció la semana pasada que la Policía mantuvo esposado a la cama a su hijo durante días en el hospital, pese a que quedó parapléjico por los disparos y nunca fue acusado formalmente de ningún delito.

Además, ayer, en un discurso encendido, prometió continuar protestando para poner fin a «los dos sistemas de justicia que existen en el país» y agrego: «Uno para el chico blanco que caminó en medio de la calle y mató a dos personas y le voló el brazo a una tercera; y uno para mi hijo».