Una semana de descanso permite reducir cerca de un 20% el riesgo de infarto y accidente cerebrovascular, según explicaron expertos de la Asociación Nacional de Médicos Cardiólogos Hospitalarios de Italia (Anmco, por sus siglas en italiano), durante un congreso en Florencia.
No es necesario volar al otro lado del mundo o gastar mucho dinero en unas vacaciones cinco estrellas; sólo con un poco de relax puede alcanzar. “Lo importante es no privarse de un poco de reposo verdadero para que el corazón se recobre en forma pareja” , añadieron los especialistas.
Los cardiólogos recordaron que el estrés con el que las personas están obligadas a convivir durante el año aumenta la presión arterial y la probabilidad de arritmias, favoreciendo además la alteración de factores inflamatorios y la formación de trombos.
Interrumpir un poco la rutina para dedicarse a actividades placenteras y descansar más implica, por esta razón, una pausa revitalizante que sirve para que el sistema cardiovascular se tome un respiro.“Quien está obligado a permanecer en casa tiene a menudo problemas laborales o familiares y no salir de vacaciones acentúa la sensación de aislamiento social, desmotivación y estancamiento, lo cual favorece las emociones negativas” , explicó Francesco Bovenzi, presidente de Anmco, según el diario milanés.
“Son estos factores los que inciden en la salud del corazón porque, por ejemplo, aumentan la inflamación de los vasos, la actividad de las plaquetas y la frecuencia cardíaca, dando vía libre a una serie de reacciones endócrinas que resultan en una menor protección de las arterias y en una más alta probabilidad de infartos y accidente cerebrovascular” , argumentó, para luego advertir: “El peligro es mayor sobre todo en aquellas personas de más edad o las que presentan factores de riesgo cardiovascular, como presión alta, sobrepeso o fumar” .
Para las personas que no pueden alejarse de la rutina ni siquiera por una semana, Bovenzi aconseja:“Lo importante es no quedarse pasivos e incluso, si se permanece en el propio hogar, planificar algún día de completa libertad para dedicarse a un hobby, reordenar el departamento, escribir las propias emociones, o salir a pasear son alternativas que pueden ayudar”.
“Incluso en la ciudad se puede aprovechar la ocasión para hacer un poco más de actividad física y cuidar la alimentación, por ejemplo, reduciendo el consumo de carne y aumentando el de verduras” , explicó.
“Quien, en cambio, puede permitirse unas vacaciones lejos de casa y ya tiene una enfermedad cardiovascular debería en todo caso, antes de partir, someterse a un mini chequeo médico” , concluyó.